domingo, 4 de octubre de 2009

Secretos

Foto gentileza de Tim van Woensel.






Constantine es un fanático de ella, tuvo el gustazo de verla cuando estubo en Atenas.


Es curioso como en cosa de dos noches nuestro amigo Constantine, alojado en nuestro hotel Airon ,nos relató los secretos de Corfú. Ateniense, de alta planta, ligera barriguita providenciada (el único vicio que tenia era el buen comer), gafas con la única montura de las patillas , barba de cuatro o cinco días y siete u ocho idiomas por delante, para acercarse a unos anonadados forasteros. Estaba aquí de pasada, la boda del secretario del obispo católico de Corfú con la sobrina de este último era el motivo de su viaje. Más culto que un magistrado de la antigua ekklesía ateniense, nos fue desentrañando los secretos de nuestra ciudad, como que estuvo conquistada por los venecianos durante más de 5 siglos (es por eso la tonalidad pastel de su edificios e iglesias), como pasó a manos de los ingleses, o como el HIJO DE LA GRAN PUTA DE MUSSOLINI la bombardeo en la segunda guerra mundial, todo esto con un perfecto acento español estudiado en nuestro instituto Cervantes ateniense, el mismo Cervantes que supuestamente estuvo en la ahora iglesia de la Anunciación recuperándose de las heridas sufridas en la guerra de lepanto. Este enamorado de Corfú nos siguió relatando la apasionante Pascua corfiota, dado que los griegos son más dados a celebrar esta festividad, ya que al igual que celebran la victoria de Jesucristo sobre el pecado original, ellos celebran la resurrección de su pueblo frente al imperio otomano. Dice de esta que es una pascua colorida, con 4 bandas filarmónicas, que en la tarde del viernes santo se pasean por las calles de Corfú acompañando a impresionantes iconos, con calles engalanadas por rojas alfombras mientras que esperan la resurrección de su señor Jesucristo. Hasta que llega el Sábado de gloria, y San Espiridón (patrón de Corfú) se pasea y protege por enésima vez con su santo manto al pueblo Corfoita, ya que, según cuenta la tradición de esta verde ciudad, se aprecio a los otomanos desde la nueva fortaleza empuñando una antorcha , por lo que estos, no tuvieron otra que salir por patas ,así que gracias a la mano divina de este obispo santificado, esta islita nunca estuvo en manos de su gran imperio.
En el momento que dan las doce menos cinco de la noche de este día, todas las campanas (católicas y ortodoxas) empiezan a repicar, para poder lanzar cantaros desde los balcones que hay encima de los arcos venecianos, situados en la ixplianada, para anunciar la venida de su salvador Jesucristo.

2 comentarios:

Anónimo 5 de octubre de 2009, 5:08  

Nono, no conocía tu faceta literaria

Anónimo 5 de octubre de 2009, 5:09  

Nono, no querías un Misuvisi

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