Paseos

Voy a salir a caminar solito, sentarme en un parque...


Quemar la toda la pólvora de los carrillos en la plaza Vieja, investigar los callejones con Manu, jugar al fútbol en la puerta del Ayuntamiento los domingos después de haber recogido a Javi Muro (su abuela era vecina de la mía), pegarle pedradas a las palomas que se apoyan delicadamente a beber agua en la el pilar de Santa María mientras que los naranjos florecían, eran de los mejores pasatiempos para un niño de Úbeda.
Pero luego como el que no quiere la cosa te ves entrando al instituto y te ves en los miradores de San Lorenzo bebiéndote un litrillo intentando arreglar ,este nuestro mundo, o bajando por la empinadas y adoquinadas cuestas que dan hacia San Millán, para ver como tus amigos le pegan porrazos a una batería o acuchillan a una guitarra eléctrica en la Saca, o te ves encima de una muralla de mas 500 años de antigüedad cazando palomas en el aire mientras que afrodita se esta encargando de acercártelas.
Y sin comerlo ni beberlo entras en las universidad y no eres tan hombre como tu te pensabas, hasta que empiezas a asumirlo, poco a poco, lentamente , porque en la Saca ya no se ensaya, porque las conversaciones de adolescente las cambias por noches filosófales, con un toque de rumba rock, con Maraino o porque indiscutiblemente, ya no buscaba Albanchez (donde los veranos de mi niñez, acostaba a la luna mientras que jugaba por sus calles ) si no que buscaba Sierra Nevada para poderle explicar donde se encontraba su sierra, y es cuando ahi se te presenta un extraño vocablo, "MADURAR”.
Pues en este paseo desde la mas tierna infancia, pasando por la dulce adolescencia hasta la explosiva y reflexiva juventud, a ocurrido en los callejones, plazuelas, escondijos, recovecos de mi asombrosa Úbeda y ahora me tengo que despedir de ella, por un tiempo, el justo para poder para ver si me tiene tan enloquecido como yo creo.

PD: Todas esas fotos son del menda, echadas con mi cámara de Afotos.